jueves, 21 de mayo de 2009

¿Qué es el ejercicio poético?

A partir del ensayo de Rosario Ferré : “La cocina de la escritura”Escribí un nuevo texto hablando sobre mi experiencia con la literatura, especialmente con la poesía. A continuación mi ensayo:

¿Qué es poesía? ¿Qué es el ejercicio poético?


“…ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.”

Arte poética, Jorge Luis Borges


Escribir poesía, es quizá uno de los momentos sublimes en los cuales se sumerge el poeta y libera sus demonios internos, es la acción que supone el revivir constante, el debate interno entre la vida y la muerte, el amor y el desamor, impregnado de palabras que van y vienen como arroyos incansables, como palabras eternas que se mezclan con lagrimas o sonrisas diversas.


La poesía es entonces forma, espacio, recuerdo incansable, juego de palabras, como diría Prócoro Hernández alguna vez: Por medio de la poesía podemos hacer hablar las flores y voltear el cielo de cabeza, cambiar la tarde de lugar. Es un buen recurso para transgredir la monotonía y curar el insomnio”. Es la poesía entonces remedio para la infelicidad, es la mejor manera de acercarse un poco al cielo, de vivir el infierno, de sentir las noches y los días como el latir constante de la existencia misma.


Indagando un poco en el texto “sobre poéticas y poesía” las citas de Octavio Paz en cuanto al sentir poético y la poesía, abrieron nuevos caminos y formas de ver el universo poético: “el poeta no tiene más remedio que servirse de las palabras- cada una con un significado semejante para todos-y con ellas crear un nuevo lenguaje. Sus palabras sin dejar de ser lenguaje-esto es: comunicación-son también otra cosa: poesía, algo nunca dicho, algo que es lenguaje y que lo niega y va más allá”. Es entonces labor del poeta crear un nuevo lenguaje, inventar nuevos significados, trazar caminos que se encuentran al azar y al final plasmar imágenes mediante versos, sentimientos.


La poesía es testimonio constante de entrega, de amor, de infelicidad, de retratar momentos de la vida que sólo se logran a través de las palabras, como imaginar una mariposa sonriendo o las hojas cayendo lentamente en otoño, es ejercicio poético el plasmar instantes de la vida del poeta en constantes juegos de la imagen y la palabra.


El poema, es tal como lo diría Paz: “El poema seguirá siendo uno de los pocos recursos del hombre para ir, más allá de sí mismo, a lo que es profunda y originalmente”. El poema supera al poeta a su máxima expresión, lo transporta a otro espacio, a otro tiempo, el poema va más allá del creador, rompiendo límites y paradigmas, se establece como momento sublime y liberador.


La poesía entonces despierta silencios, reclama minutos, instantes, plasma sonidos, angustias, recuerdos, ausencias, soledades. El quehacer poético se conjuga bajo la luz espectral de la luna, bajo el brillo del sol incandescente, el poeta tritura las palabras y las vuelve momento de goce, de plenitud, de cicatriz abierta dispuesta a cerrarse por medio de las letras, el poeta comparte sus demonios y los libera creando atmósferas, libera sus miedos, sus terrores, sus fracasos y vivencias a través de la palabra siempre presta a la pluma, a retratar situaciones a través del poeta y su iluminación casi divina.


El poema es según Paz, el único recurso del hombre, es la manera de escapar quizá de los horrores del universo, la poesía es la herramienta precisa para darle belleza al cosmos a través de metáforas, incluso, de revelar los horrores intentando dar giros e imágenes, sacarnos del caos y sumergirnos en la angustia del poeta o en la felicidad del mismo. El poeta ser cambiante, etéreo, que toma la palabra y la convierte en carne, en elemento primordial, en latido del alma, en espejos y en ausencias.


Mi experiencia con la poesía se ve iluminada por las definiciones de Paz, el poeta se sirve de las palabras, las toma y las moldea, las convierte en mariposas, en nuevos lenguajes y maneras de percibir el círculo eterno de la vida acompañada de sus angustias y miedos. El poeta utiliza (Intento escribir, liberar mis demonios, expresar nuevos lenguajes) sus sentimientos y los transforma en profundos versos, por medio de la poesía se burla del universo, lo hace suyo, todo le pertenece y todo le huye, la constante contradicción.


Paz, dirá sobre la poesía:

“…Golpean mi pecho tus fantasmas,

Despiertas a mi tacto

Hielas mi frente

Abres mis ojos

Percibo el mundo y te toco

Sustancia intocable,

Unidad de mi alma y de mi cuerpo,

Y contemplo el combate que combato

Y mis bodas de tierra…”

También dirá:

“…La poesía se desliza entre el sí y el no:

Dice lo que callo,

Calla lo que digo

Sueña lo que olvido.

No es un decir:

Es un hacer.

Es un hacer,

Que es un decir…”


La poesía es entonces, en medio del quehacer poético la sustancia, la materia que el poeta transforma y la hace suya, hablando por él, superando la máxima expresión de belleza, unidad entre alma y cuerpo, unidad indivisible y eterna.


Es la poesía, en mi experiencia literaria una ventana al universo. Por medio de ella puedo transformar otros mundos, cambiar el mío, sumergirme en otros, hablar de personas ausentes, inexistentes, al ser amado o desamado, hablar de la lluvia, de lo que nace y muere dentro de mí. Es la poesía una de las mejores herramientas para no sentirse tan solo, es lo que erige y destruye a la vez, es fuera redentora, maremágnum de ideas inagotables, ríos eternos de ideas, la poesía es arma contra el cansancio, contra el tedio y la angustia, canalizadora de verdades, máscara de mentiras, ensueño de metáforas.

Así podría seguir, contando mi breve experiencia con la poesía y con lo que representa en mi vida y en el quehacer literario: escribo para vivir, escribo para pintar el universo de un color distinto, escribo para ver otros matices dentro de lo existente, escribo para ser, para renacer y a la vez para exorcizar viejos demonios, escribo para curar viejas heridas, para abrir otras, así como lo diría Millás alguna vez.

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